La madera de cumarú es una opción excelente por su dureza, durabilidad y resistencia a condiciones extremas. Su color varía entre el pardo amarillento y rojizo, con una fibra recta o ligeramente entrelazada y un grano medio. Esta madera es notablemente pesada y densa, lo que la hace ideal para proyectos de carpintería que requieran una resistencia considerable, como tarimas, pisos, muebles y estructuras expuestas a la intemperie.
Una de las características más destacadas del cumarú es su resistencia natural a la putrefacción, hongos, termitas y otros insectos xilófagos. Además, su textura aceitosa contribuye a su longevidad y lo convierte en una opción popular para exteriores, como en la construcción naval y el recubrimiento de superficies como terrazas y muelles.
El cumarú también es ideal para la fabricación de chapas decorativas y objetos torneados. Aunque más costoso que otras maderas como el pino o el cedro, su durabilidad y resistencia justifican la inversión, especialmente para aplicaciones donde la resistencia al desgaste es crucial.
La madera está clasificada como no durable frente a la acción de los hongos y sensible a los insectos y a las termitas.
La madera de duramen es moderadamente o poco impregnable mientras que la de albura es impregnable.
La madera de estos árboles es dura y resistente y debido a esto es muy codiciada para la fabricación de muebles, de parquets o para trabajos de carpintería.
La Cumarú es una madera muy pesada, que presenta contracciones lineales bajas y la contracción volumétrica es estable.
Una de las maderas más costosas de Paraguay. Para mueblería, ebanistería, enchapados, láminas.